Pablo Palacios fue el que abrió la ruta, el que le dio la tranquilidad a los hinchas, así como la satisfacción de que, a diferencia de otras ocasiones, esta vez sí iban a celebrar la fiesta organizada por los dirigentes.
Era el viernes de la liguilla. Fue el viernes de la clasificación y de la tranquilidad para los barcelonistas. Luego, con una gran definición, David Quiroz selló la esperada victoria torera.
Otro motivo para la celebración de los toreros es que su arquero, Pablo Santillo, permanece invicto desde que llegó al equipo. Son 450 minutos sin haber recibido ni una sola anotación.
La fiesta que se inició temprano en las afueras del estadio Monumental fue completa en esta oportunidad. Más de 30.000 hinchas llegaron al estadio del Salado para celebrar junto a su equipo.
Era un punto el que necesitaba Barcelona, pero su equipo no salió pensado en sacar solo un empate. Así quedó reflejado por el planteamiento táctico que impuso su técnico, Reinaldo Merlo
Barcelona fue el claro dominador de un encuentro en el que no se mostró confiado. Al contrario, el técnico tomó precauciones defensivas para evitar cualquier susto.
La senda la abrió Palacios, al minuto 36 y en la fase de complemento, a poco tiempo de iniciado el encuentro. Tras una jugada confusa en el área, Mondaini centra rasante y David Quiroz, de taco, ingresa el balón a las redes y sella el triunfo de los canarios.
Esta vez, no pesaron los errores arbitrales, en uno de los cuales anuló una acción legítima de Marcos Mondaini, quien rompió el fuera de juego que intentó aplicar la defensa rival, y anotó.
No importaron los errores, es más, pocos se acordaron al final. Lo único que les interesó fue festejar la esperada clasificación a la liguilla final.
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