El Real Madrid se va de la Copa del Rey.

miércoles, 12 de noviembre de 2008 Etiquetas:


El Real Unión derrotá al Real Madrid por 3-2 en el partido como local y de visitante perdió 4-3. Pese haber perder el partido pasó a los Octavos de finales, gracias a que este equipo tenía un gol más de visitante.

Debido a la derrota, Real Madrid se va de la copa del Rey. Real Madrid se fue sonrojado, ya que no gana desde 1993.

Un histórico del fútbol español como el Real Unión, ahora instalado en el pozo de la Segunda B, tuvo ante las cuerdas en todo momento al Real Madrid, incrédulo e impotente, en un día en el que jugadores que debían reivindicarse ante Bernd Schuster, quedaron retratados.

El sabor a clásico de un duelo con historia copera, dejaba en ventaja de antemano al Real Unión, que había vencido cinco encuentros por tres de los madridistas. El presente, pese a la enorme diferencia de calidad, fue a la par.

Alejados del miedo escénico que antaño provocaba el Santiago Bernabéu, el modesto salió a morder. Lo consiguió. Su técnico, Iñaki Alonso, había mentalizado a sus jugadores con vídeos de películas de guerra e imágenes del partido de ida. Hizo ver a sus futbolistas que, con lucha y unión, eran capaces de dar la gran sorpresa.

Estaban ante el momento de su carrera y para el jugador del grande era un ‘marrón’ a solucionar.

La defensa de cinco hombres ahogó a un Real Madrid tan desquiciado en el primer acto como el argentino Fernando Gago. Su imprecisión en la manija condujo a su equipo a un juego sin patrón. Enfrente, el pequeño, tenía las cosas claras. Velocidad y pegada.

Juan Angel Seguro avisó de inicio, a los dos minutos, con un balón que rebotó en Cannavaro cuando iba camino de la red, y Abasolo puso a prueba los reflejos de Dudek. La prueba importante para jugadores menos habituales no solventaban los errores de un Real Madrid sin criterio, sin fe en defensa y previsible en ataque.

Inmerso en una plaga de lesiones, con Pepe, Diarra, De la Red, Robben y Van Nistelrooy en la enfermería, los minutos importantes de la prueba se perdían entre errores de Marcelo, imprecisiones de Gago y jugadas alocadas de Drenthe. Con las ideas más claras, Abasolo asestó el primer golpe. Un error de Marcelo, acabó en centro cruzado y a placer superó a Dudek con su derechazo (m.14).

No daba señales de vida un Real Madrid, que vio pasar 32 minutos hasta que tiró a la puerta y en semifallo de Raúl. Viendo el panorama el capitán se multiplicó. Ayudó en el centro del campo, para tocar con criterio y dar velocidad, y asomó siempre con peligro en ataque.

Un pase desesperado de Marcelo lo transformó en gol, aprovechando la salida en falso de Eduard. Su ímpetu le hizo quitarse los galones, pelear cada balón, y en uno de ellos en el centro del campo quedó ‘tocado’ para el resto del partido, al cometer una falta y acabar con un fuerte golpe en su pierna derecha.

El arreón final blanco dejó un disparo potente desde la frontal de Sneijder en una falta y la mala suerte aliada con Javier Saviola. En un día que tenía señalado para brillar, marcó en su primera oportunidad en posición legal, pero el colegiado interpretó que cabeceó a la red en fuera de juego tras el rechace de un disparo de Raúl.

Nacía la segunda parte con un Real Madrid con defensa de circunstancia. Un fuerte golpe en el cuello dejó a Cannavaro en la caseta y la línea formada por Salgado, Metzelder, Javi García y Marcelo dejaba lugar a las dudas. Se aprovechó de ellas Manu, que con su pase en profundidad, rompió a Metzelder y dejó a Salcedo en un mano a mano con Dudek, que acabó en gol.

La afición del Santiago Bernabéu no era la habitual. Entradas a precios bajos y las invitaciones, evitaron que el aspecto de la grada fuera desolador y que la ilusión por ver un partido evitase la bronca. Así, sin fútbol, el Real Madrid apeló a la garra para remontar.

Inmediatamente Saviola, en su mejor acción, forjó la igualdad. Una pared con Sneijder y pase de gol a Raúl. Tenían 39 minutos por delante para remontar y por primera vez desde que llegó al Real Madrid, Bernd Schuster confió en la cantera. No le falló.

Llamaba a las puertas del primer equipo el máximo goleador del Castilla, Alberto Bueno. Salió fuera de su posición, escorado en la izquierda, pero con un descaro que recordó al debut de uno de sus ídolos, Raúl. Ocho minutos después de entrar recortó a un defensa y desde el vértice del área soltó un misil a la escuadra.

Ante la necesidad, Schuster tiró del nuevo ídolo, Gonzalo Higuaín, y el Bernabéu enloqueció. Raúl cerró su gran noche, firmando su tercer gol cuando buscaba el desmarque de Bueno, y se encontraba con su balón en la red a cuatro minutos del final.

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